Piedra De Sol
de Octavio Paz
 
Piedra De Sol es el más célebre poema de Octavio Paz, compuesto por 584 versos endecasílabos (todos de 11 sílabas) correspondientes a los días que tarda Venus en dar vuelta al Sol. Aparece en el libro Libertad Bajo Palabra (1960) y en 1990 hizo al autor acreedor al Premio Nobel de Literatura. Este poema es un cuento sobre la eternidad, en él seguimos los sinuosos pasos que da Paz por el Calendario Azteca hasta descubrir nuestra dualidad cósmica-mundana. Aquí algunos de los versos más psicodélicos:
 
Todos los nombres son un sólo nombre
todos los rostros son un sólo rostro,
todos los siglos son un sólo instante
[...]
el mundo se despoja de sus máscaras
y en su centro, vibrante transparencia,
lo que llamamos Dios, el ser sin nombre,
se contempla en la nada, el ser sin rostro
emerge de sí mismo, sol de soles,
plenitud de presencias y de nombres;
[...]
no pasa nada, callas, parpadeas
(silencio: cruzó un ángel este instante
grande como la vida de cien soles),
¿no pasa nada, sólo un parpadeo?
[...]
son llamas
los ojos y son llamas lo que miran,
llama la oreja y el sonido llama,
brasa los labios y tizón la lengua,
el tacto y lo que toca, el pensamiento
y lo pensado, llama el que lo piensa,
todo se quema, el Universo es llama,
arde la misma nada que no es nada
sino un pensar en llamas
[...]
¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuando somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, ¿todos somos
la vida? pan de sol para los otros,
¿los otros todos que nosotros somos?,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros
[...]
mejor el crimen,
los amantes suicidas, el incesto
de los hermanos como dos espejos
enamorados de su semejanza,
mejor comer el pan envenenado,
el adulterio en lechos de ceniza,
los amores feroces, el delirio,
su yedra ponzoñosa, el sodomita
que lleva por clavel en la solapa
un gargajo, mejor ser lapidado
en las plazas que dar vuelta a la noria
que exprime la substancia de la vida,
cambia la eternidad en horas huecas,
los minutos en cárceles, el tiempo
en monedas de cobre y mierda abstracta...
 
OCTAVIO PAZ